La primera llatinada de la Comèdia


«Vexilla regis prodeunt inferni
verso di noi; però dinanzi mira»,
disse 'l maestro mio, «se tu 'l discerni».


Gabriele Dell'Otto


FRANCO NEMBRINI
Dante, poeta del deseo. Conversaciones sobre la Divina Comedia. Infierno.
Traducció de Ricardo Sánchez Buendía. Encuentro, 2011.


Estas primeras palabras del último canto son la única cita en latín de todo el Infierno, mientras que las palabras en latín abundarán en el Purgatorio y en el Paraíso, como si se quisiera dejar fuera del Infierno la lengua sagrada, la lengua de la Iglesia (de la misma manera que en todo el Infierno no se pronuncia jamás el nombre de Cristo; hay contínuamente perífrasis que lo sugieren, pero el nombre no se pronuncia). Dante usa el latín al principio del canto tal vez señalando que nos acercamos a la versión traicionada de la verdad que, al mismo tiempo, remite a ella.

«Avanzan los estandartes del rey del infierno», dice pues el primer verso; «Vexilla regis prodeunt» son las primeras palabras de un himno cristiano que en la liturgia antigua se leía el sábado anterior al domingo de Pasión —el domingo anterior al domingo de Ramos— y se recitaba durante una procesión por las calles de la ciudad; por eso era bien conocido por todos, todo el mundo entendía la referencia: Dante pone esas palabras en boca de Virgilio para subrayar que estamos ante el rey del mal, ante la figura opuesta a Dios, la caricatura de Dios mismo.

En realidad nada avanza porque todo está quieto: si el paraíso es movimiento y deseo, el fondo del infierno es una realidad estática, fija, congelada. Entonces, ¿por qué el verbo «prodeunt», «proceden»? Dante se refiere con este verso a una procesión; pero la palabra «proceder» —provenir, venir de— define propiamente la naturaleza de Dios. ¿Recordáis el Credo? «Procede del Padre y del Hijo».

Ese monstruo está quieto, y se dice de él que «procede», es la versión grotesca y monstruosa de lo que sucede en la Trinidad: con este eco de una procesión y de un movimiento situado justo al principio del canto, Dante quiere conscientemente aludir a la definición de Dios. Si en Dios lo uno procede de lo otro, «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero», de la misma manera, monstruosamente, el demonio se reproduce a sí mismo en tres cabezas monstruosas, que son la oscura parodia de la Trinidad...

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