L'enigma del llebrer: interpreta que alguna cosa queda
Miquel Barceló, 2002 |
ÁNGEL CRESPO
Dante y su obra. Acantilado, 1999. P. 115-117.
LOS ENIGMAS
Dado que el enigma es una alegoría particularmente oscura, se comprende que se adapte perfectamente a la expresión de aquellas profecías cuyo sentido se pretende velar a los no iniciados o para cuya comprensión es preciso que se cumpla el acontecimiento profetizado. Los medievales eran muy dados al enigma y, en términos de retórica, lo consideraban como un ornato de gran eficacia estética. Los dos enigmas de la Comedia que más tinta han hecho gastar a sus intérpretes son el del Lebrel (Veltro) y el del DXV (quinientos, diez y cinco), a pesar de lo cual no se ha llegado a una interpretación que elemine cualquier duda racional.
En el canto I del Infierno, Dante, amenazado por una pantera, un león y una loba, se cree ya perdido cuando se le aparece la sombra de Virgilio, al que pide que le libre del último de sus atacantes. Virgilio le responde:
...esta, por la que gritas, bestia brava
no cede el paso a nadie por su vía
y con la vida del que intenta acaba;
y es su naturaleza tan impía
que nunca sacia su codicia odiosa
y, tras comer, tiene hambre todavía.
Con muchos animales se desposa
y muchos más serán hasta el momento
en que le dé el Lebrel muerte espantosa.
No serán tierra y oro su alimento,
sino amor y sapiencia reunidas;
tendrá entre fieltro y fieltro nacimiento.
Verá Italia sus fuerzas resurgidas
por quien, virgen, Camila halló la muerte,
y Euríalo, Turno y Niso, con heridas.
De un pueblo y de otro la echará, de suerte
que habrá de dar con ella en el Infierno,
lugar del que la envidia prima la divierte
(Inf. I, 91-111)
Virgilio profetiza en estos versos sobre el porvenir, al parecer próximo, de Italia, cuyos males achaca a la codicia (personificada por la loba) de sus gobernantes. Si esto parece claro, el enigmático Lebrel se ha prestado y sigue prestándose a diferentes interpretaciones. Se ha pensado en un emperador indeterminado, si es que Veltro es una deformación fonética italianizada de WeltHerr, que en alemán significa «señor del mundo», o bien en Enrique VII, aún no elegido cuando Dante empezaba el Infierno, lo que le daría calidad de verdadero profeta; o bien se ha creído que el enigma alude a Cangrande della Scala, señor de Verona, puesto que el Lebrel es un can; pero Cangrande, nacido en 1291, era un niño en la fecha del imaginario viaje de Dante y un muchacho cuando el enigma fue escrito, con lo que su caso sería semejante al de Enrique VII. Peros quienes han creído o creen en las facultades proféticas de Dante no se arredran ante esta clase de dificultades, lo que queda demostrado por el hecho de que alguno de ellos haya llegado a decir que nuestro poeta, adelantándose en siglos al acontecer histórico, se refería a Martín Lutero, puesto que Veltro (Lebrel) es un anagrama de Lvtero.
Mucho más cauto es Natalino Sapegno al pensar que se trata de un símbolo simple, y no enigmático, por lo que el Lebrel sería cualquier gobernante justo capaz de terminar con la avaricia de los malos políticos. Por su parte, Giovanni Getto, en un escrito de 1960, opina que el Lebrel es el mismo Dante y que su pensamiento al proponer el enigma era que las revelaciones que se disponía a hacer en la Comedia tendrían tal fuerza de convicción que serían el fundamento moral de la futura regeneración de Italia...
Veig que la cosa no ha millorat gaire, del segle XIV ençà. Vull un Veltro ja! De fet, amb un no en tenim prou, ens caldria una gossada de Veltros, tal com va tot.
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