Tu duca, tu segnore e tu maestro
Uno de los temas de la literatura, como uno de los temas de la realidad, es la amistad. Yo diría que la amistad es nuestra pasión argentina. Hay muchas amistades en la literatura, que está tejida de amistades. Podemos evocar algunas. ¿Por qué no pensar en Quijote y Sancho, o en Alonso Quijano y Sancho, ya que para Sancho “Alonso Quijano” es Alonso Quijano y sólo al fin llega a ser Don Quijote? ¿Por qué no pensar en Fierro y Cruz, en nuestros dos gauchos que se pierden en la frontera? ¿Por qué no pensar en el viejo tropero y en Fabio Cáceres? La amistad es un tema común, pero generalmente los escritores suelen recurrir al contraste de los dos amigos. He olvidado otros dos amigos ilustres, Kim y el lama, que también ofrecen el contraste.
En el caso de Dante, el procedimiento es más delicado. No es exactamente un contraste, aunque tenemos la actitud filial: Dante viene a ser un hijo de Virgilio y al mismo tiempo es superior a Virgilio porque se cree salvado. Cree que merecerá la gracia o que la ha merecido, ya que le ha sido dada la visión. En cambio, desde el comienzo del Infierno sabe que Virgilio es un alma perdida, un reprobo; cuando Virgilio le dice que no podrá acompañarlo más allá del Purgatorio, siente que el latino será para siempre un habitante del terrible “nobile castello” donde están las grandes sombras de los grandes muertos de la Antigüedad, los que por ignorancia invencible no alcanzaron la palabra de Cristo. En ese mismo momento, Dante dice: “Tu, duca; tu, signore; tu, maestro”... Para cubrir ese momento, Dante lo saluda con palabras magníficas y habla del largo estudio y del gran amor que le han hecho buscar su volumen y siempre se mantiene esa relación entre los dos. Esa figura esencialmente triste de Virgilio, que se sabe condenado a habitar para siempre en el nobile castello lleno de la ausencia de Dios... En cambio, a Dante le será permitido ver a Dios, le será permitido comprender el universo...
Por 25 pesetas, célebres parejas de todos los tiempos, como por ejemplo, Dante i Virgilio...un, dos, tres...responda otra vez...
ResponEliminaSherlock i Watson
Robinson i Divendres
ResponEliminaTintín i Haddock. O Tintín i Milú, no ho tinc clar.
ResponElimina50 pessetes de les d'abans, Zaca.
EliminaLaurel i Hardy (El gras i el prim, vaja)
ResponEliminaPierre Nodoyuna i Patán.
ResponEliminaHuck Finn i Tom Sawyer.
EliminaBouvard et Pécuchet!
ResponEliminaPaolo e Francescaaaa
ResponEliminaMaria
ResponEliminaLa cosa aniria més d'amistat que no pas d'amor, però buenoooooo, accepto pop com a animal de companyia.
ResponEliminaRamón y Cajaaaaaal! 🤪
EliminaStarsky & Hutch.
EliminaThelma i Louise.
ResponEliminaBatman i Robin.
ResponEliminaFred Flintstone i Barney Rubble (que així es deien , en versió original, els entranyables Pedro Picapiedra i Pablo Marmol de la meva infantesa)
EliminaAstèrix i Obèlix, per l'amor de déu!
ResponEliminaO Obèlix i Idèfix, que diria en Zaca, també!
Paolo i Francesca! :)
ResponEliminaEspirú i Fantàstic
ResponEliminaHan Solo i Chewbacca
ResponEliminaLucky Luke i Rantanplan
ResponEliminaCaram, has posat la directa, Janna!
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