Rima dura

Minos (Cant V)

Cerber (Cant VI)

Plutus (Cant VII)

Tots tres de William Blake.

ROBERTO BENIGNI

Mi Dante

Confluencias, 2012

P. 50

El canto VII del Infierno se abre con la figura de Pluto, Plutón, de guardia frente al círculo de los avaros y de los pródigos. Los guardianes del Infierno de Dante son todos mastodónticos, crueles, espantosos, y también un poco imbéciles. Su solemnidad es grotesca. Plutón es monstruoso, está siempre en la oscuridad del Infierno, sumergido en el apestoso cenagal, y también es un poco bobo, quizás porque no ve nunca la luz del sol ni cruza una palabra con nadie.

Es uno de los cantos más duros; se abre con uno de los endecasílabos más famosos, sobre el que los estudiosos se han estrujado el cerebro durante siglos con mil hipótesis, pero sin conseguir aclarar nada. Para mí la frase tiene un sentido exclusivamente sonoro, musical; es algo muy banal: Dante necesitaba una rima en eppe.

Según sea el argumento tratado, así escribe nuestro poeta: si un canto es sinuoso, compone versos sinuosos; si en un canto hay agua y serenidad, compone versos serenos; si un canto es duro, hace rimas duras. Aquí son muy duras, ásperas, desagradables.

Se empieza precisamente con la rima en eppe: «aleppe-seppe»; en occia, nada fácil como rima «chiocchia-noccia-roccia»; y luego «abbia-labbia-rabbia»; «lupo-cupo-strupo», «fiacca-lacca-insacca»; «viddi-Cariddi-riddi»; «urli-pur lì-burli».

Rimas horrendas, disarmónicas, como disarmónico es el canto y el pecado cometido por quien está confinado en este círculo.