Toscans cèlebres

Gentilesa d'en Zaca


Font: Manel Ollé @mnlolle


JESÚS BERNARD
Símbolo puro de Italia
Magazine | El Mundo
Núm. 456, 2008


Un accidente fortuito alumbró en el siglo XIX uno de los cigarros puros con mayor personalidad. Tras secarse al sol y fermentar, el tabaco mojado por una tormenta desplegaba un sabor que gustó mucho más a los expertos. nacía así el cigarro Toscano, convertido hoy en uno de los grandes hitos del "Italian Style". 

El buen fumar en Italia tiene nombre propio, el del cigarro puro Toscano. Elaborado con un original proceso de fermentación y un riguroso periodo de añejamiento, el país transalpino produce 120 millones de cigarros al año. "Sus inicios se remontan a 1815, cuando en la Manifattura Tabacchi de Florencia, unas balas de tabaco pertenecientes al Gran Duque de la Toscana, que se habían quedado al sol, se mojaron por una fuerte tormenta primaveral. En vez de tirar el tabaco al río Arno, como era costumbre cuando éste se estropeaba, decidieron extenderlo sobre unas láminas para su completo secado, para venderlo como cigarros populares. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobaron que el agua había fomentado una intensa fermentación del tabaco y que su nuevo sabor gustaba más que el anterior. Así nace la leyenda del Toscano", explica Maurizio Cambrea, director comercial de la marca.

El cigarro Toscano se elabora exclusivamente con la variedad de tabaco americano Kentucky. Es un tabaco negro de color marrón oscuro curado directamente por el humo de las fogatas, que le aporta su característico aroma. Hasta completar su secado, proceso que puede demorarse hasta tres semanas, está sometido a una temperatura de hasta 50 grados.

Inicialmente, la materia prima se importaba de Estados Unidos y con ella se elaboraba un intenso tabaco de mascar y, posteriormente, unos rotundos cigarros, pero a partir de 1850 comienza a cultivarse en Italia, principalmente en Campania, Umbría, Toscana y Véneto. Unos 150 cultivadores de estas regiones suministran el tabaco secado al fuego a la fábrica de Foiano della Chiana para que las expertas manos de las cigarreras puedan darle su forma definitiva. Aunque antes el tabaco tiene que vivir su etapa de fermentación que le aporta el gusto característico, por lo que las hojas se sumergen en agua imitando su accidentado origen.

Las cigarreras de las fábricas de Lucca y de Cava de Tirreni moldean primero las medias hojas del Kentucky para conformar el capillo del puro (primera hoja que lo envuelve), luego escogen la cantidad exacta de tabaco en la mano para el interior y, con unos rápidos movimientos, construyen el Toscano.

Puede sorprender su forma irregular y única, similar a los caliqueños, los populares cigarros valencianos; son puros fácilmente reconocibles en los labios de algunos de los que fueron o aún son sus apasionados valedores: Giacomo Puccini, Giuseppe Garibaldi o Clint EastWood. 

[...] Existen 17 tipos, incluidos sus hermanos menores los Toscanellos, más cortos, aromatizados con café, anís o grapa, y que son los más suaves de la gama ya que no tienen los cuatro meses como mínimo de añejamiento del puro normal. Como ejemplo, el pequeño con aroma a café se elabora con una inmersión de las hojas de este cigarro en café y, de esta forma, adquiere un sabor muy particular. Café y tabaco en un mismo producto, todo un homenaje más que intencionnado a su país de origen.

Este símbolo de la italianidad ha sabido combinar la tradición con la modernidad y, en la actualidad, ofrece una amplia gama de puros que incluye los ya mencionados Toscanello. Estos cigarros, con la mitad del tamaño de los Toscanos, nacieron como respuesta empresarial a la extendida costumbre popular de cortarlos por la mitad, en su punto más grueso, y de esta forma poder degustarlos en dos tacadas...

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