El cant XXII

Klaus Wrage, Blatt zu Purgatorio XXII (Die Göttliche Komödie), 1923


ISABEL GONZÁLEZ
JÚLIA BENAVENT
Guía a la lectura de la Divina Comedia
Institució Alfons el Magnànim, 2007


La estructura del canto XXII tiene tres partes fundamentales: la primera es la subida a la sexta cornisa, la de los golosos; la segunda es el coloquio entre los dos famosos poetas latinos Estacio y Virgilio que, a su vez, tiene dos partes: la conversación de Estacio y el diálogo de los autores clásicos que están en el Limbo; y la tercera parte es la descripción de la cornisa de los golosos, con el árbol de los frutos sabrosos, la fuente del agua límpida y los ejemplos de templanza.

Estamos en la cornisa sexta, la de los golosi custodiada por el ángel de la abstinencia. Precisamente en el centro de la cornisa crecen dos árboles cargados de frutos sabrosísimos y perfumadísimos, sobre los que brotando de la pared de la roca, cae a borbotones un agua purísima que se esparce por las laderas sin caer a tierra.

La pena de los golosos consiste en verse obligados a pasar por debajo de los dos árboles sin poder coger ni un solo fruto, justo contrapasso por haberse abandonado, en vida, al refinado placer de comer y beber en exceso. Ahora, terriblemente delgados no pueden coger nada de lo que tienen a mano y sufren un hambre y una sed terribles. Van recitando la plegaria Labia mea, Domine y escuchando voces que provienen de los árboles y arbustos que gritan ejemplos de templanza y de gula castigada.

Como en el canto anterior, además de Dante y Virgilio, el personaje principal del canto XXII es Estacio.

[...] En la descripción del encuentro entre Estacio y Virgilio hay que destacar el nudo poético central en el que los poetas se interesan por la poesía y por sus obras.

[...] Realmente el coloquio entre Estacio y Virgilio ocupa casi todo el canto y se realiza en una atmósfera de emociones, de sentimientos y de sincera amistad entre ambos poetas. De la conversación se pueden destacar cuatro elementos: en primer lugar, el destino personal de Estacio: por qué se encuentra entre los avaros, por qué ha permanecido allí tanto tiempo y cuándo se ha hecho cristiano, pues la historia siempre lo ha considerado un poeta pagano. Estacio resuelve todas las dudas y considera a Virgilio la causa de que él fuese poeta y cristiano: Per te poeta fui, per te cristiano (v. 73).

En segundo lugar, a través de las vicisitudes personales de Estacio sabemos que tanto en ésta como en las otras cornisas se expía no sólo el vicio de la avaricia sino también el contrario, el de la prodigalidad, porque ambos nacen de un deseo desordenado. Estacio, que fue uno de ellos, advierte del peligro que es ser demasiado pródigo y que por ello también se pena. Así hay una correlación y un paralelismo con el Infierno en donde también se catiga en el mismo círculo a los avaros y a los pródigos.

En tercer lugar, la alabanza de Virgilio que se completa en este canto con la alabanza de Estacio que llega a decir de él que ha sido su maestro de poesía y de religión. 

[...] Y en cuarto lugar, la evocación del mundo clásico. Estacio le pregunta a Virgilio por la situación de los otros grandes poetas latinos y Virgilio le da una enorme lista de griegos y latinos relegados como él al Limbo...

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