Introducció al cant XVIII

Francesco Ferraris, 1991

 

ISABEL GONZÁLEZ
JÚLIA BENAVENT
Guía a la lectura de la Divina Comedia
Institució Alfons el Magnànim, 2007


La estructura del canto XVIII consta de tres partes fundamentales: la explicación de Virgilio sobre el amor y el libre albedrío, la irrupción de los abúlicos que vienen gritando ejemplos de diligencia y la aparición del abad de San Zenón, con ejemplos de pereza castigada.

[...] Este canto está construido en dos partes fundamentales: la doctrinal (los primeros 75 versos) en la que Virgilio explica la esencia del amor, y la narrativa (desde el v. 76 al final), con la aparición  de los abúlicos. Hay una ruptura entre las dos partes que se pone de relieve con el fuerte contraste entre las últimas palabras de Virgilio sobre la difícil cuestión del libre albedrío y la descripción lírica de la luna y de la noche que hace de paso de una a otra parte.

La larga explicación sobre el origen y la naturaleza del Amor demuestran la importancia que éste ocupa en el Purgatorio que, precisamente se divide según el modo en el que se emplea. En efecto, la explicación de la esencia del amor por parte del poeta latino es un claro ejemplo de la poesía doctrinal que ocupa una parte muy importante en la Comedia y que va aumentando poco a poco a medida que vamos ascendiendo. Dante, como sabemos, es un especialista en tratar arduas cuestiones filosófico-teológicas en su poesía, cosa que constituye un verdadero  problema a los críticos de su obra —muchos estudiosos que intentan hacer un análisis de la misma se encuentran con muchos problemas porque la comprensión de este tipo de poesía es muy compleja ya que requiere un profundo conocimiento de la cultura escolástica—.

La cuestión que se trata en este canto continúa la tratada en el canto anterior; el concepto fundamental es que el hombre tiende naturalmente al amor y a sus placeres. Se reafirma en la teoría del libero arbitrio como facultad específica del hombre de poder elegir de quién depende el mérito o la culpa, la salvación o la condena.

Ya sabemos el significado alegórico de la Comedia. En este caso, se insiste una vez más en que Virgilio es el símbolo de la razón humana, pero sólo puede proseguir en su investigación de la realidad hasta ciertos límites. Será únicamente Beatriz, símbolo de la Teología, de la verdad revelada por Dios, la única que podrá aclarar las dudas y los aspectos que puedan resultar dudosos u oscuros e, incluso, contradictorios para la razón del hombre, que no vayan acompañados de la fe. La relación entre el instinto natural amoroso y la elección operada por el amor humano es una cuestión teológica que no se puede comprender si no se hace bajo una óptica de fe.

Después de tanto razonamiento difícil, es todavía más importante la eficacia narrativa de la segunda parte del canto: el ambiente plácido y de somnolencia en el que cae Dante, frente a la prisa y la agitación de los pecadores. En efecto, la masa de abúlicos corre afanosamente y se esconde en la oscuridad de la noche, descubriéndose únicamente por el rumor que producen las voces y los gritos de los pecadores que gritan ejemplos de pereza castigada (corresponden a las pinturas de la primera cornisa, a las voces de la segunda y a las visiones de la tercera).

Los accidiosi pasan velozmente junto a los poetas sin detenerse a hablar con ellos, como hacen el resto de los pecadores.

Para terminar, digamos que con las palabras del abad de San Zenón se vuelve a la polémica política, en este caso Dante polemiza contra Milán y Verona.

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