La nit del lloro


Miguel Brieva, 2019

Pietro Citati. Ulises y la Odisea. El pensamiento iridiscente. Traducció de José Luis Gil Aristu. Galaxia Gutenberg, 2008. 


Ulises se acuesta en el vestíbulo tendiéndose sobre una piel de buey y cubierto por otras de oveja; tarda en dormirse, pues le altera el espectáculo de las criadas que se unen a los pretendientes, hasta que Atenea, disfrazada, le habla, le asegura su protección y lo calma. Ulises se halla a punto de dormirse: se apodera de él el sueño «que relaja los miembros» y disuelve los afanes del alma. En ese momento, en el piso de arriba, Penélope se despierta y se sienta en la cama. Suplica a Ártemis, la invoca y le ruega que la arrebate, que le dispare uno de sus dardos mortales. Mientras dormía, ha tenido un sueño «insoportable», pues ha renovado otros igualmente dolorosos que la habían visitado en los veinte años de ausencia: ha soñado que Ulises se hallaba acostado con ella y le hacía el amor; era joven, como cuando partió para Troya; y el corazón de Penélope se alegraba; le parecía que su marido y su amor eran vivos y reales. La visión de las ocas había sido una revelación simbólica; ésta es la revelación de un deseo, dirigido a alguien que está a punto de llegar. Ahora que ha despertado, Penélope llora; llora desesperada. El sueño del marido es un «mal» sueño, por su carácter irreal e imposible.

Abajo, en el vestíbulo, Ulises oye el llanto de Penélope y se despierta. Se mantiene en un duermevela, envuelto todavía en el sueño que Atenea ha derramado en sus párpados; sabe que Penélope duerme arriba, en su cuarto, y, sin embargo, le parece que le ha reconocido y ahora se encuentra allí, a su lado, sobre la piel de buey, junto a su cabeza. Los deseos de los dos esposos coinciden: en el sueño, duermen uno al lado del otro. Todo parece haberse cumplido: veinte años de ausencia y camas separadas han quedado olvidados; no obstante, habrá que esperar aún unas horas, a la matanza de los pretendientes y a las comprobaciones mutuas. Las dos líneas del relato se alternan. Mientras Penélope duerme, Ulises está despierto; mientras Ulises duerme, Penélope se despierta, y luego lo hace también él, hasta que ambas líneas narrativas se funden en una sola. Los dos esposos permanecen despiertos. Dos historias paralelas se disuelven en una sola historia según el principio de la simultaneidad narrativa... 


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